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21.Jun.2010 / 10:54 am / Haga un comentario

Inspectores de salud pública de Alsobocaroni y del Distrito Sanitario II, atienden una denuncia del consejo comunal La Esperancita y ponen en orden, el local de expendio de pescado, antes de que se convierta en un peligro de salud pública, sin vulnerar el derecho al trabajo y el bienestar de la comunidad

Acatando una denuncia del consejo comunal La Esperancita en la UD 232, en la avenida Loefling, vía Toro Muerto, las autoridades sanitarias de la Alcaldía Socialista de Caroní junto a un inspector de salud del Distrito Sanitario II, inspeccionaron La Feria del Pescado, local nro. 58, que vende pescado fresco a toda hora, así como la popular fosforera, sopa de pescado y pescado frito, sin la permisología estipulada.

Según los nuevos voceros del consejo comunal, los  vecinos de las áreas adyacentes al establecimiento se quejaron de los malos olores que salían del extenso local, las aguas fétidas y de la proliferación de gusanos y  moscas.

Los voceros de la contraloría social, del comité de tierras y de salud, se acercaron para inspeccionar el local, detectando en una zona adyacente, un cierto nido de gusanos, por lo que se procedió a colocar creolina. Se quejan de que el bote de agua persiste por lo que deterioro de la calle aumentó, aunque la vía no está asfaltada, ya que La Esperancita no tiene zonificación aún, por lo que no pueden desarrollar proyectos de urbanismo como red de aguas negras, actualmente muy necesarias en el sector. Así como la predisposición a la cría del mosquito patas blancas y de chipos; lo que puede traer lamentables consecuencias para los propios inquilinos del local y vecinos del sector.

Aunque el comercio tiene 15 años en la zona, según indica la dueña, Minerva Vizcaino, no  dispone de la permisologia correspondiente.

La inspectora de salud pública de la Alcaldía de Caroní, Erika Moreno, le informó a la propietaria del establecimiento que para ponerse al día en cuanto a la permisologia, debe solicitar ante Regulación Urbana la conformidad de uso para obtener la patente-que otorga Administración Tributaria- y el permiso sanitario, que se tramita ante el Distrito Sanitario II.

En el acta suscrita quedaron estipuladas las siguientes recomendaciones: el local no tiene permiso sanitario, ni certificado de salud (los cuales deben estar colocados en un sitio visible); los propietarios y empleados no han realizado el obligatorio taller de manipulación de alimentos; el local no reúne las condiciones higiénicas sanitarias requeridas para su funcionamiento. Y se deben mantener las áreas internas y externas en constante fumigación.

Igualmente, el inspector de salud del distrito sanitario II, Arnulfo Yepez, dejó asentada en el acta de inspección, que la dueña no contaba con la permisología sanitaria y el certificado de salud. Instó a colocar una alcantarilla; o de lo contrario en 15 días hábiles se clausurará el local.

Triunfan bienestar comunitario y derecho al trabajo

El consejo comunal respeta el derecho al trabajo  pero primero debe buscar el bienestar de la comunidad.

Ya hay dos discusiones en la cámara para la zonificación y se llevaron los planos al Concejo Municipal, el alcalde prometió una zonificación especial e Hidrobolívar tiene el proyecto para introducir la red de aguas negras.

El consejo comunal logró gestionar un vacum con la CSPS y se le  hizo seguimiento a la ruta de aseo urbano.

Aníbal Rodríguez, vocero de contraloría social del consejo comunal junto a los dueños del establecimiento, se comprometió a buscar una solución en tres semanas, plazo dado por el inspector de sanidad, para que la comunidad no se queje de los malos olores.

Pero mucho antes, en 3 días a lo sumo, las aguas fétidas deberán ser canalizadas hacia un pozo séptico y no correr libres por la calle; aunque la inspectora sanitaria municipal les informó a los presentes, que no solo las aguas negras son contaminantes y propiciadoras de enfermedades, sino las blancas o limpias, almacenadas en tobos enormes, los cuales son el nido ideal del zancudo patas blancas, sino están debidamente tapadas.

De todos modos, la dueña tiene un sumidero y un canal adecuado donde canaliza las aguas y filtra, -según explicó-los detritus del pescado, como tripas y escamas.

Según aclaró Minerva Vizcaino, los vecinos se quejaron de que la basura contenía ratas muertas, por lo que se procedió a quemarla con gasoi y creolina y cubrir posteriormente con arena y tierra el foco de desperdicio.

Compró además, un extractor para las moscas y líquidos especiales para exterminar la proliferación de moscas, que no solamente son atraídas por el pescado, sino que abundan según ella, por esta época lluviosa. (Prensa Alsobocaroni/YH)

 

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